6.9.06

Ver para creer.-

Plasmo mi hilada de pensamientos conspiradores, un nudo en la garganta, me sabe la boca amarga, estoy acompañado por el buen Silvio, decepcionado porque ayer escuché el fallo. Pienso y grito ¡tienen presidente! ¡Maldita sea! soy un necio más.

“Para no hacer de mi icono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares”.



Siempre empiezo recordando, me gusta, soy nostálgico. Recuerdo a mi maestro en la UAM-X, Enrique Ginsberg, él siempre comenzaba su clase azotando “La Jornada” sobre la mesa, nos miraba retándonos y preguntaba ¿cuál es la noticia de hoy?.... un silencio sepulcral….
Volvía a preguntar aún mas desafiante ¿qué no leen el periódico? ……silencio…
Y remataba…. bueno, ¿no vieron la tele? … ah! decíamos todos tomando un suspiro. La televisión, el gran hermano psicótico que todos tenemos, integrante importante de todas las familias.
Nunca he dejado de verla así, como un artefacto que está en mi contra, no dejo pasar la oportunidad de gritarle como si fuera a escucharme, recuerdo a mi papá viendo el informe presidencial de Miguel de la Madrid, diciendo:
- ¿Y los excedentes petroleros?. ¡Ah! ¡No me vengas con eso ! ¿Cuánto es el monto de la deuda externa? ¿Y la crisis? ¡Vives en otro mundo!..... dinero, dinero……¡Mentira!..... ¿y la problemática social?. …… ¡Mira!, !ahí esta Pablo Gómez!..........
Ah! qué placentero es recordar eso, realmente disfrutábamos mucho esa actividad y ha trascendido porque es de las únicas veces que podíamos acordar en gustos televisivos con él.
Dos años después logró desahogar esa afición, gritándole lo mismo a Salinas en su cara, pero ahora en el mismo recinto y desde una curul. Qué gran fortuna.

“me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda”.


Este año el presidente no se “prestó” a ser blanco de los gritos, dejando a los asiduos espectadores contenidos, la televisión transmitió justificando al presidente, señalando a los inconformes como revoltosos y de baja estola, nos dejó sin informe, discurso mejor dicho, porque si algo caracterizó a este presidente es que nunca dio un informe, los cinco fueron discursos pero eso sí, Lopez-Doriga y Alatorre dedicaban seis horas de transmisión televisiva “y después del debate ¿Qué?” “Post-debate” para llegar a una conclusión ambigua señalando que sólo fue un discurso y que el formato fue muy informal. La televisión juzgó y decretó.
Le hemos dado mucha libertad a la televisión, está convertida en un “ello” (Freud, 1920) colectivo, no tiene limites y se permite decir y hacer lo que quiera en el terreno de una realidad paralela y fantasiosa, convirtiéndonos en fieles adoradores, poniéndonos al presidente que ella quiera diciendo … tienen derecho a permanecer callados…. El derecho al respeto ajeno es la paz…. Se hará todo conforme al estado de derecho…
Meses antes coqueteaban con el candidato zurdo, convenientemente conformaba un escenario de izquierda, trasmitía su carrera de los 10 km en el segundo piso del periférico, alegorías para que los diputados de izquierda votaran a favor de la ahora tan trascendente “ley Televisa” , una vez que los diputados de oposición votaron en contra de esta ley vino la factura….es un peligro para el país….. es un mesiánico egoísta….. el país no es una ciudad…
Ayer Fecal dijo en TV que era genuina la preocupación de su no-enemigo por los pobres invitándolo a la conciliación….. - ¡no mames! Si es un peligro sácalo del país ¿no?- le contesté-, víctima otra vez de la simulación televisiva.

”Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví”.


No quiero terminar este escrito sin mencionar lo sucedido con RadioActivo 98.5, creció tanto el nivel de audiencia de AMLO que la convirtieron en una estación de noticias, dejando la música alternativa a un lado. ¡Demonios, cómo no la tomamos como los de la APPO aquí en Oaxaca!

“Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).”


Se acabaron así los 15 minutos en Chiapas, las tepocatas y víboras prietas, pero se queda la mala reputación en el extranjero, el gesto de desprecio a Cuba, Venezuela y Argentina, haciéndole el amor a ambos tres, con María Félix como icono de la trascendencia democrática, José Luis Bohórquez lamenta sus cinco minutos de fama, el chiflido a la esposa es un gesto desafortunado, chíflale lo que quieras al fin sus hijos se hacen millonarios con dinero del erario.

“Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví”.


Ahora me quedo en un país de conformistas en donde pulula su gran dicho “más vale malo conocido que bueno por conocer” ¡carajo! cuándo nos arriesgaremos, pero eso sí, que la televisión no nos diga que no debemos fallar en los penaltis porque demostraremos debilidad mental y conformismo, ahora dicen que el ser mexicano va más allá que un partido político, jugándonos la nacionalidad en 90min.


“Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.”



Simulemos entonces, veamos la televisión como lo que es, una gran tienda donde te venden tornillos y regalan presidentes, en retórica me imagino gritándole a “Soriana” ¡Di la verdad, Aurrera vende más barato! La televisión no es la realidad, la gente no tiene finales felices, ni siempre ganan los buenos. Maldigo ese dicho que tiene un programa informativo “nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira” propongo mi propio programa se llamará: “ni sí, ni no, si no todo lo contrario”. La verdad siempre será la verdad y eso me es completamente inclusive.

”Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.”
(Rodríguez, “el necio”. 1992)



¡Gracias Silvio!

Punto: La televisión no tiene oídos, ahí se refugia nuestra ventaja sobre ella.

La depresión plasmada es genuina.

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