En este momento pienso, respiro, un trago de saliva…. me enfrento a la hoja en blanco, ¡maldita sea! …..el escribir sobre el Tope es…… ¿ aceptar que lo he perdido? ¡No!.
Tope, nunca te abandone, nunca deje de pensar en ti, no me explico porque no te puedo ver ¿qué fue de ti? ¿dónde estás?.
Tope, cuando te conocí eras un perro muerto, desahuciado…. como te explico… mmm como si te regalarán un bebe en estado de coma y tu deseo por tenerlo es tan grande que lo cuidas, le das la mano y lo rescatas. Sólo un cachorro de 3 meses con moquillo terminal, maldito moquillo te dejo su marca en tus dientes descalcificados, hoy es tu seña particular para buscarte y no encontrarte.
Mi vida contigo a sido singular, eres parte de todo lo que he planeado y realmente obtenido en la vida.
– Algún día tendremos un perro y le vamos a poner Tope…..
– ¿por qué?
– Porque los odio.
(invierno 00)
Y llegaste.
Está demás decir como eras, te conoces bien, aunque todos cuando nos veían juntos decían que éramos iguales. Lo que nunca te dije es todo lo que me enseñaste.
Me mostraste que la paciencia es la facultad que debo experimentar más, que el brío es lo que me hace falta, siempre vale la pena arrancar a correr por cualquier cosa, nadie me espera como tu.
Como disfruto desde niño ver las luces de la ciudad, disfrutaba oler tus patas y tocar tu nariz húmeda, tres cosas mías.
¿Qué hago ahora contigo?
Ahora que eres la luna, los perros
Las noches, todos los amigos.
Lo siento no puedo más……
Te perdí.
Que bien que te haya conocido mi Sofí.
