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La cuenta regresiva ha sido accionada, Oaxaca vive una paranoia colectiva, en donde todos los ideólogos y teóricos de la psicología social comprueban sus hipótesis y reafirman sus tesis. Todos absolutamente tenemos mucho miedo, no puede ser que en los últimos días de este primer sexenio gobernado por la ultra-derecha, el Gobierno Federal nos tenga amenazados con el dedo, ¿que nos espera en el próximo? Somos los oaxaqueños, los más jodidos, los más pobres, los que le decimos a la nación…. ¡Este es el resultado de su política monetaria de libre competencia! ¿Con quién compito? Si mi rival está igual de jodido que yo. El salario mínimo no es el mismo aquí, comparado con otros Estados, sin embargo, el IVA si es el mismo.
Oaxaca los espera policías federales, ya sabemos que harán, matarán a golpes a todo el que se les oponga, violarán a las mujeres, desaparecerán a los que suponen son los lideres, llenarán de terror los ojos de los niños con sus gritos y ordenes de su comandante y patearán a los perros que les ladren sin diferenciar a nadie ni nada. Sabemos que este es el castigo por no querer vivir gobernado por un yugo inepto.
La caravana-caminata sigue su curso hoy arribaron a Acatlán, Puebla, fueron recibidos con un gran desayuno, es obvio que los poderosos no dejarán que lleguen como héroes hasta la capital, así que este fin de semana se espera el ataque de los federales.
Las barricadas están nutridas de gente, pero no se puede negar la sensación de desventaja, los más radicales hacen bombas molotov, pero según la información en Internet solo una de cada diez funciona y realiza su objetivo.
Los embates han comenzado en los medios televisivos, no se cansan de repetir la necesidad de la invasión, justificando excusas para convencer a la sociedad. Dicen: “la intervención debe ser quirúrgica…” los oaxaqueños lo vemos como si el anestesiólogo te diera sólo una aspirina antes de operarte. Sabemos que no son profesionales, sabemos que no saben más que seguir las ordenes y que estos días los han acuartelado dejándolos sin comer, torturándolos psicológicamente para despertar su ira irracional, lo que ellos no saben es que aquí no es Atenco, ni Lázaro Cárdenas y a ver ……. a ver de a cómo nos toca!.